El torneo de ascenso era todos contra todos, a dos ruedas y el campeón se enfrentaba contra el último de la A, para así disputar a 3 partidos el derecho a participar en primera. El partido decisivo se jugó faltando 2 fechas para el final. Fue contra el Tala, al que aventajaba por un punto y al que logró vencer para luego sí coronarse campeón del ascenso y esperar los desafíos frente a Caova, último de la A, a quién venció en sus 2 primeros cotejos, logrando así el tan ansiado ascenso.
1944
Salió último y volvió a los torneos de ascenso. En el desarrollo de la campaña del 47 jugó con tanta eficacia que salió campeón del torneo perdiendo un solo encuentro. De acuerdo con la reglamentación en

Atalaya volvía a primera y a su vez surgía una nueva figura. Néstor Carriello.
Para esa altura, Alberto “Tito” Ornatti ya era el capitán del equipo y el ídolo indiscutible de una hinchada que soñaba con coronarse en primera.
Empezaba a distinguirse un encuentro, un clásico, Atalaya – Sportmen, que con el pasar de los años se convertiría en el clásico de la ciudad.
1948
No solo regresaba al básquet grande, la aparición de Cameroni en el plantel juntó tres emblemas de la historia azul que se encargaron de dejar bien en alto el nombre del club que los vio nacer.
Fueron pasando los años y el equipo logró consolidarse en primera. Comenzaba a destacarse una de las promesas de las inferiores y futura figura: Carlos Ossola, pero no se lograba cumplir el sueño de un barrio que poco a poco perdía la ilusión de ser campeón. En 1968 cumplía 20 años en primera, no estaba Ossola, y la falta de un exponente que se subiera el equipo al hombro influyó en un plantel con mayoría de juveniles. Salió penúltimo junto a L.N.Alem, pero en el desempate perdió y se fue al descenso (los 2 últimos descendían).
Dos nuevas incorporaciones devolvían las esperanzas del regreso. Por un lado Carlos Ossola, y por el otro, Roberto “Tito” Ornatti, el máximo ídolo de la institución se hacía cargo del plantel. Quedando solo una fecha para la finalización del tornéo ocupaba junto con N.O.B el

En el año 71, logrando únicamente 7 victorias, descendería. Tres años más tarde volvería a primera división, Carriello era el técnico y ese año debutaba una de las promesas de las inferiores y futura gran figura del básquet: Daniel “Coco” Montanini. Recién en la sexta fecha de los desquites logró pasar a ocupar el tan ansiado tercer puesto, el que le daba el pasaporte al reclasificatório. SPU se consagraba campeón y obtenía el ascenso directo. Faltando definir los dos conjuntos para el cuadrangular, se jugaba “el encuentro”, en la penúltima fecha, Atalaya vs. Edison. Un punto de ventaja para el azul, ganar significaba la clasificación y así fue, 69-44, una derrota aplastante para lograr definitivamente el objetivo. Al reclasificatório, a jugar en cancha neutral, lo integraron, el azul y Fortín, ambos de la B, y Velocidad y

Fue en 1978 el año en que pudo producirse el milagro del primer campeonato en la máxima categoría, pero no se dio. Clasificó al cuadrangular final junto con NOB, RC y Horizonte, pero terminó 3ero. La venta de Montanini en el 79 a los canallas dejaba al plantel sin su mejor jugador.
1986
Producto de una sangría de jugadores y una pésima campaña descendería. Pero no se iría solo, en la penúltima fecha le ganaría el clásico a Sportmen y lo condenaría al descenso.
En el torneo del 87 salió primero y enfrentó a Velocidad y Resistencia por cuartos de final. La serie favoreció a Atalaya, que la ganó 2-0. Se estaba en semifinal, a dos victorias de volver a primera (los dos finalistas subían directo). Logró imponerse 2 –1, tras comenzar la serie con una derrota. Atalaya retornaba a primera, junto con Spu.
Nadie se imaginaba lo que vendría. La peor etapa deportiva e institucional.
1989
Todos los jugadores se fueron del club a tal punto que solo se presento pre-mini y mini en los torneos oficiales de la rosarina en representación del mismo. No estando en condiciones de presentar primera división el azul se veía obligado a empezar a jugar recién en 1990 en la última categoría del básquet rosarino, en la C. Eso no fue todo, el presidente de la institución, Eduardo Colombo, dirigía al club con distintas anormalidades e irregularidades, a tal punto que se llegó a la intervención por parte de la justicia, desencadenando en elecciones y la llegada de Valenzizi como nuevo presidente.
Década del 90
Bajo la dirección de Juan García, se iniciaría el resurgimiento deportivo. En el 91 perdió la final con Unión de Arroyo Seco. El hecho de haber clasificado para jugarla ya lo depositaba en la B.


A esos triunfos y hazañas que emocionaron a distintas generaciones, a los recuerdos de grandes jugadores que vistieron la azul y blanca, a todas esas paginas de gloria les faltaba algo, el campeonato en primera, y 1997 fue el año de la coronación.
Campeón con los jugadores de las inferiores, con los consagrados que vinieron a sumar con humildad y trabajo, con Pío y su mística ganadora. Campeón con la pasión de su gente, que transformó el Ornatti en una caldera, y que dijo presente en cada una de las canchas. Campeón con el grito que sale desde el alma y atraviesa a toda la ciudad. Con las gargantas roncas de tanto alentar, con las camisetas flameando como ofrenda al cielo.
Fuente: www.atalayaclub.wordpress.com